Señor de los temblores*

Imágenes de fe. Aquí dos apuntes de dos grandes historiadores sobre el culto al Señor de los Milagros, cuya imagen sale hoy en procesión.

Fuente: elcomercio.pe Dominical 18-10-2009

El Señor une en su culto a indios, negros y blancos. He ahí su verdadero milagro, la esencia de su fuerza y del respeto cada vez mayor que el pueblo le tributa. Esa aglutinación de los peruanos no solo se manifiesta en la piedad de alguna gente de color o de beatas entradas en años que se refugian en la fe y en la oración; no, es todo el pueblo que viene a Él, que acude en torno suyo. ¿Cómo se explica esa capacidad de convocatoria, en qué se basa su tradición? ¿Por qué se pasea su imagen cuando un terremoto sacude la ciudad o un cataclismo afecta profundamente el país, como en 1983 cuando el azote del fenómeno de El Niño destrozó con sus torrenciales lluvias la costa norte y la sequía castigó la sierra?

¿Cuál es el origen del culto al Señor de los Milagros, cuál su trayectoria y su significado? [...] Nuestra investigación nos ha llevado hacia el dios yunga más importante de la costa del antiguo Perú, cuyo santuario se ubica a unos 24 km al sur de Lima. Es interesante constatar que la divinidad llamada Pachacámac, “aquel que mueve el mundo”, tiene por atributo esencial ser el señor de los temblores, atributo único que subsiste cuando los demás se esfumaron con el paso del tiempo.

Para rastrear las raíces del dios Pachacámac nos hemos adentrado en los mitos. Ellos muestran diversos aspectos del dios yunga, sus atributos, los animales ligados a su culto y también los lazos de parentesco existentes entre las principales huacas. Todo ello, parte de un legendario pasado. [...] El miedo al temblor arraigado en el corazón andino persiste, está presente en el culto al Señor de los Milagros, el Patrón Jurado de Lima, que protege a sus habitantes del temblor devastador. [...] Sin embargo, bajo la multiplicidad y diversidad existe una continuidad de tradiciones que, con el correr de los siglos, cambia y renace dejando de lado la figura del temible dios pagano para abrazar la luminosa imagen del Cristo de Pachacamilla.

Limeñismo y africanidad

El negro criollo asimiló la religión católica con más convicción que el indio. Su proximidad a los blancos lo hizo conocer —de cerca o de lejos— la fe, la esperanza y la caridad. Si sumó al culto cristiano algunas de sus costumbres ancestrales, no pasó de allí. Sumó lo exterior, respetó el dogma. [...]

Acaso la síntesis de todo esto se aprecia en el culto al Señor de los Milagros, extraña manifestación de limeñismo y africanidad”.

(José Antonio del Busto, “Breve historia de los negros del Perú”. Lima, Fondo Editorial del Congreso, 2001)

[*] María Rostworowski. Fragmento de la introducción de “Pachacámac y el Señor de los Milagros”. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1992.